Un retrato del aprendizaje conjunto
Un retrato del aprendizaje conjunto
Un maestro de ciencia comparte su pasión por la fotografía y el aprendizaje con los estudiantes de la Escuela Presecundaria Friendship.
El renombrado fotógrafo Ansel Adams dijo que “no simplemente se toma una fotografía con una cámara. Al acto de fotografiar se traen todas las fotos que se han tomado, los libros que se han leído, la música que se ha escuchado, la gente que se ha amado”.
Según Adams, lo que se captura en una fotografía dice mucho, si no más, sobre el fotógrafo que sobre el sujeto de la imagen. Cien personas que vean una misma cosa a través del lente de una cámara verán algo diferente cuando capturen exactamente el mismo momento.
Por supuesto, hay cosas que indudablemente hacen que una foto sea mejor, tales como la composición, la luz, la perspectiva y el color. Hay literalmente más de mil millones de resultados cuando se busca en Google “cómo tomar mejores fotografías”.
Sin embargo, muchas de nuestras fotos favoritas puede que no sean técnicamente perfectas. Muchas veces lo que estas fotos hacen es ponernos a pensar, reconsiderar, cambiar nuestra perspectiva, sentir profundamente algo o explicar algo que no podemos poner en palabras no importa lo mucho que lo intentemos.
Desde el punto de vista crítico, la fotografía es un arte importante, ahora más que nunca en nuestro mundo interconectado, en donde se puede tomar una foto y compartirla con el resto del mundo en segundos, usando una cámara, tableta, computadora o teléfono inteligente. La tecnología que permite tomar fotos excelentes es relativamente barata y está ampliamente disponible a muchas personas que antes no tenían acceso a ella.
Esto significa que esa persona a la que se refiere Adams – que está detrás del lente, capturando el momento y aportando las experiencias – puede también ser diferente. Puede incluso ser un estudiante de escuela primaria o presecundaria deseoso de aprender acerca de cómo tomar mejores fotografías.
La oportunidad de enseñarles a esos entusiastas estudiantes es lo que condujo al desarrollo del Club de Fotografía de Friendship. James Andresen, maestro de ciencias de 8º grado, siente una pasión personal que comparte con los integrantes del club, lo que lo convierte en el patrocinador perfecto. Aunque él es en sí un novato, se deleita tanto enseñando a los estudiantes como aprendiendo junto con ellos.
El club se fundó en el otoño de 2015, cuando varios estudiantes notaron y comentaron acerca de una nueva cámara que Andresen había traído a la escuela para tomar fotos de eventos especiales. Él les preguntó si estaban interesados en la fotografía, y ellos respondieron que sí. Este fue el comienzo de su club.
Los estudiantes se reúnen cada lunes después de clases por una hora y cubren todos los aspectos de la fotografía, incluyendo el equipo, las características y configuración de las cámaras, la profundidad del campo, el ángulo y cómo criticar el trabajo de los demás.
Andresen está comenzando con hacer que los estudiantes fotografíen eventos escolares, además de tomar instantáneas y participar en otros proyectos para ampliar tanto sus experiencias como sus perspectivas.
Él dijo que la emoción de poder recibir reacciones inmediatas, el hecho de no tener que invertir dinero en revelar las películas y la disponibilidad de la tecnología fotográfica han contribuido a que se facilite el aprendizaje de la fotografía.
Los estudiantes están dispuestos a tomarse riesgos a la hora de decidir cómo van a enmarcar una foto porque pueden ver inmediatamente si les gusta, si la pueden mejorar o si la pueden retomar. El ojo detrás del lente de la cámara, más que el equipo mismo, es más importante a la hora de tomar una gran fotografía.
Andresen continúa impresionándose con sus estudiantes, diciendo que algunos tienen un ojo natural, mientras que otros están aprendiendo y desarrollando sus habilidades de pensamiento crítico cuando captura una imagen.
Él espera que los estudiantes aprendan no solo cómo tomar mejores fotos, sino que adquieran una apreciación por las fotos que toman y sientan alegría de compartirlas.
“Usamos cámaras para capturar los recuerdos más importantes de nuestras vidas”, dice Andresen. “Y poder revivirlos por un momento nos puede traer mucha felicidad”.
Un maestro de ciencia comparte su pasión por la fotografía y el aprendizaje con los estudiantes de la Escuela Presecundaria Friendship.
El renombrado fotógrafo Ansel Adams dijo que “no simplemente se toma una fotografía con una cámara. Al acto de fotografiar se traen todas las fotos que se han tomado, los libros que se han leído, la música que se ha escuchado, la gente que se ha amado”.
Según Adams, lo que se captura en una fotografía dice mucho, si no más, sobre el fotógrafo que sobre el sujeto de la imagen. Cien personas que vean una misma cosa a través del lente de una cámara verán algo diferente cuando capturen exactamente el mismo momento.
Por supuesto, hay cosas que indudablemente hacen que una foto sea mejor, tales como la composición, la luz, la perspectiva y el color. Hay literalmente más de mil millones de resultados cuando se busca en Google “cómo tomar mejores fotografías”.
Sin embargo, muchas de nuestras fotos favoritas puede que no sean técnicamente perfectas. Muchas veces lo que estas fotos hacen es ponernos a pensar, reconsiderar, cambiar nuestra perspectiva, sentir profundamente algo o explicar algo que no podemos poner en palabras no importa lo mucho que lo intentemos.
Desde el punto de vista crítico, la fotografía es un arte importante, ahora más que nunca en nuestro mundo interconectado, en donde se puede tomar una foto y compartirla con el resto del mundo en segundos, usando una cámara, tableta, computadora o teléfono inteligente. La tecnología que permite tomar fotos excelentes es relativamente barata y está ampliamente disponible a muchas personas que antes no tenían acceso a ella.
Esto significa que esa persona a la que se refiere Adams – que está detrás del lente, capturando el momento y aportando las experiencias – puede también ser diferente. Puede incluso ser un estudiante de escuela primaria o presecundaria deseoso de aprender acerca de cómo tomar mejores fotografías.
La oportunidad de enseñarles a esos entusiastas estudiantes es lo que condujo al desarrollo del Club de Fotografía de Friendship. James Andresen, maestro de ciencias de 8º grado, siente una pasión personal que comparte con los integrantes del club, lo que lo convierte en el patrocinador perfecto. Aunque él es en sí un novato, se deleita tanto enseñando a los estudiantes como aprendiendo junto con ellos.
El club se fundó en el otoño de 2015, cuando varios estudiantes notaron y comentaron acerca de una nueva cámara que Andresen había traído a la escuela para tomar fotos de eventos especiales. Él les preguntó si estaban interesados en la fotografía, y ellos respondieron que sí. Este fue el comienzo de su club.
Los estudiantes se reúnen cada lunes después de clases por una hora y cubren todos los aspectos de la fotografía, incluyendo el equipo, las características y configuración de las cámaras, la profundidad del campo, el ángulo y cómo criticar el trabajo de los demás.
Andresen está comenzando con hacer que los estudiantes fotografíen eventos escolares, además de tomar instantáneas y participar en otros proyectos para ampliar tanto sus experiencias como sus perspectivas.
Él dijo que la emoción de poder recibir reacciones inmediatas, el hecho de no tener que invertir dinero en revelar las películas y la disponibilidad de la tecnología fotográfica han contribuido a que se facilite el aprendizaje de la fotografía.
Los estudiantes están dispuestos a tomarse riesgos a la hora de decidir cómo van a enmarcar una foto porque pueden ver inmediatamente si les gusta, si la pueden mejorar o si la pueden retomar. El ojo detrás del lente de la cámara, más que el equipo mismo, es más importante a la hora de tomar una gran fotografía.
Andresen continúa impresionándose con sus estudiantes, diciendo que algunos tienen un ojo natural, mientras que otros están aprendiendo y desarrollando sus habilidades de pensamiento crítico cuando captura una imagen.
Él espera que los estudiantes aprendan no solo cómo tomar mejores fotos, sino que adquieran una apreciación por las fotos que toman y sientan alegría de compartirlas.
“Usamos cámaras para capturar los recuerdos más importantes de nuestras vidas”, dice Andresen. “Y poder revivirlos por un momento nos puede traer mucha felicidad”.